Espacios Comunes
Los espacios comunes del Cortijo del Pino combinan historia, naturaleza y tradición.
En el cuerpo principal del Cortijo, el patio central de columnas de piedra como recepción y acceso a nuestro punto de venta de productos ecológicos y locales.
El carácter agrícola del Cortijo del Pino está presente en toda la edificación, pero también su carácter lúdico como finca de recreo. La frondosidad de los árboles y los jardines rodean toda la edificación en un entorno rural de frutales y campos cultivados.
El Patio
El patio central de columnas de piedra tiene su origen en la antigua casa romana, pero será en el periodo de Al-Andalus cuando obtendrá su máximo esplendor.
El patio se convertirá entonces en un lugar de descanso, íntimo y fresco; un espacio arquitectónico interior donde conviven helechos, limoneros y galanes, que inundaban con su aroma las cálidas noches de verano.
El Jardín y La Piscina
En el jardín y circundando a la piscina: flores, aromas de ambiente, plantas alimenticias, árboles frutales y arbustos; también un espacio sombreado de laureles, palmeras y tilos.
Con un ambiente fresco y tranquilo, es el rincón ideal para descansar y conectar con la naturaleza.
*Entre Mirtos y laures: Libro de Francisco de Vélez publicado por editorial Familia en 1943, narra la estancia de sus personajes en el Cortijo del Pino y hace referencia a su jardín.
Los Frutales y el Vergel
Durante más de cinco siglos, viajeros que visitaron Granada dejaron en numerosas ocasiones cuadernos de viaje en los que detallaban historias y vivencias que hoy nos aportan mucha información sobre el paisaje de las huertas en Al-Andalus.
Las huertas en la Vega de Granada fueron siempre percibidas como un espacio productivo, arbolado, fresco y verde, algo similar a un vergel. La vid, el granado y las higueras; así como los naranjos, ciruelos y tilos, son algunas de las especies más mencionadas en aquellos relatos y hoy presentes en el Cortijo del Pino.
La Tienda
Aceites, vinos, miel, quesos, frutos desecados, mermeladas y conservas caseras procedentes de pequeños agricultores y ganaderos ecológicos de la comarca.
También podrás realizar degustaciones de frutas de nuestra finca en primavera y verano.
La Glorieta y el Aljibe
La Glorieta, entre limoneros y laureles, equilibra en el jardín los elementos naturales y los espacios construidos; y el aljibe, con el pilón y la fuente, aportan la sonoridad y el frescor del agua cayendo…
No muy lejos, el aljibe histórico, testigo de la vida rural del cortijo, añade un toque auténtico y pintoresco al entorno, evocando tradiciones del pasado.